El último proceso electoral presidencial nos debe dar luces.
Es verdad que algunos candidatos de izquierda han canalizado cierta votación
popular, sin embargo, es importante considerar que las organizaciones de
izquierda no han asumido una plena conciencia social. De igual manera, quienes
han depositado su voto creyendo, necesitan consolidarse políticamente y tener
la capacidad de comprender que están asumiendo una posición social.
Quienes creen ser la expresión del pueblo, necesitan
fortaleza partidaria y de principios. No es posible llegar a rupturas o
fraccionamientos coyunturales. Se han dado esos casos. Con eso estamos
demostrando que la izquierda no es políticamente fuerte ni madura. Además
también, es importante confluir en ideas y planteamientos. El trabajo
partidario de la izquierda debe movilizar a todos, confluir en un gran
movimiento capaz de demostrar que hay organización de base. Naturalmente hay un
nuevo contexto. Eso no nos impide prescindir del apoyo y compromiso popular.
Hay que desarrollar esa conciencia social necesaria en los grandes sectores
mayoritarios. No solo ser partícipes en proceso electorales.