domingo, 24 de marzo de 2019

Vizcarra a un año de gobierno: ¿Solo esperanza?




El primer año de gobierno ha transcurrido para unos lentamente y para otros con pausa. Si algunos sectores económicos esperaban algo, como una política expansionista o una visión política de cambios, realmente a estas alturas la realidad les ha golpeado en la cara.

Si hablamos de cierta estabilidad política, ésta se ha expresado enmarañado de corrupción en casi todos los ministerios públicos, como el de justicia, un caso patético de cuello y corbata. Cada quien le ha querido sacar provecho al gobierno: los congresistas, los funcionarios del estado escudándose en sus buenos ternos, los empleados públicos, militares y hasta las autoridades regionales y todo su entorno. El robo y corrupción está imperando sin descaro. Nos estamos acostumbrando a aceptarlo de buena o mala manera. Total, todos son corruptos.

En el plano económico no podíamos esperar más que cierta administración. No hay más. No hay derrotero ni una búsqueda de mayor bienestar para todos, así digamos que necesitamos una tasa de crecimiento del PBI cercana al 6%. Los resultados cuánticos nos muestran apenas tasas del 3% anual de aumento de la producción y al final son los amplios sectores unidos a la microempresa, quienes dinamizan la economía. Aquí y como siempre el que cree tener el poder bajo sus manos corruptas, se vanagloria de imponerse a las grandes mayorías poblacionales que se ganan la vida con el sudor de frente. Es evidente y necesario considerar que hay grupos de gente unida a la delincuencia y la criminalidad, que están enraizados en todos los sectores y seguirán actuando bajo sus interese sucios.

Conversando con ciertas personas jóvenes, al menos les importaba sentirse optimistas frente a nuestra realidad aparente y que esconde la podredumbre. Por lo menos había que tener esperanza y tender al cambio, comprendiendo esto como buscar y dar mayor bienestar a todos en general y las grandes poblaciones necesitadas en particular, quienes viven en muchas zonas marginales de nuestro Perú. Al menos tiene sentido eso.

Nat King Cole - Unforgettable




Qué hermosa visita