La terminología empleada por
economistas funcionarios con muy buena remuneración y hasta por nuestro electo
presidente, deja mucho que desear.
EL PRESIDENTE DEL BCR
Para ser más concreto, el señor
J. Velarde y todavía presidente del Banco Central de Reserva del Perú por 12
años, no creo que haya empleado una de sus mejores expresiones al referirse a
la disminución de la productividad económica. Decir que “somos un desastre”, al
parecer no es lo adecuado.
Sumado a lo anterior, en la
última nota informativa del 10 de agosto de 2017, emitido por el mismo Banco
Central de Reserva, en referencia al programa monetario de agosto, subraya en
el punto 5, que “los indicadores de expectativas empresariales sobre la
actividad económica se mantienen en el rango optimista”.
Si se mantiene de alguna manera
la expectativa empresarial optimista, por qué manifestar: “somos un desastre”.
En adición podríamos afirmar también que estamos en la ruina o calamidad, que
implica en el último caso desgracia e infortunio.
PEDRO KUCZYNSKI
Manifestar que estamos
“atracados” refiriéndonos a la economía, definitivamente no es una terminología
habitual. Para muchos podría escucharse como algo ordinario en el ambiente de
los economistas. Quizá caer en la rusticidad. No se muestra con esa expresión al
parecer ese nivel del cargo o investidura.
En el mundo cultural y del
lenguaje, es posible que podrían decir que las expresiones anteriores caen en
el lenguaje bajo, tosco y ordinario. Hasta podrían sentenciar que hay falta de
cultura. Es como si nos estuvieran gritando y nos hiere los sentidos y en
general todo. Así están las cosas en este contexto del famoso mercado, donde
todo se compra y se vende. ¿Algo más podríamos esperar?
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