jueves, 27 de octubre de 2016

Esperando el Verdadero Milagro de Octubre


En octubre nos invade la fe por el Señor de Los Milagros. Nos llenamos de amor. Nos sentimos más humanos. Hasta nos vestimos de morado por esa veneración. En adición, asistimos a la iglesia con oraciones sublimes que hacen bien a nuestro corazón y el alma. Así y en diferentes partes del mundo,  se venera la imagen también con mucho amor. Este año 2016 no escapa de ello.

Sin embargo, algo hay contradictorio en todo esto. En nombre del Señor de los Milagros se invita a la gente a observar como matan a los toros en la Plaza de Acho en la Ciudad de Lima. La sangre de un animal que sufre se derrama frente a la risa de la gente que asiste a este espectáculo. Hasta algunos niños asisten, naturalmente llevados por sus padres. Nuestro escritor Mario Vargas concuerda y apoya la muerte de los toros. Se ríe y participa de la ocasión. La racionalidad del ser humano no existe cuando el hombre usa la “pica” para desgarrar la musculatura del animal. La gente puede reír más viendo la tortura que se hace sobre el animal. Se festeja cuando apuñalan al toro en su último suspiro.

Todo cambia. Espero que poco a poco haya más gente que espere el verdadero milagro de octubre.  Es tiempo de parar con esto. ¿No somos más racionales? ¿No somos más inteligentes? ¿Realmente somos más humanos y espirituales? ¿Qué sentirá Nuestro Señor cada vez que disfrutamos haciendo daño a un animal? ¿No será todo una farsa? ESPEREMOS EL MILAGRO.


Cuando hay acciones positivas del ser humano, decimos que es digno de estima, digno de estimación. Es un ejemplo decimos. Hacemos juicios valorativos de un comportamiento positivo y de uno negativo. ¿Y cuando son negativas seremos un ejemplo?

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