Los últimos días de noviembre 2016
apareció un comentario de Pedro Salinas sobre Fidel en la página web “La Mula”. Realmente quedé
impresionado. En un momento tuve cierta conceptualización sobre Pedro Salinas
por su investigación en su libro sobre el sodalicio, por los excesos cometidos
por sacerdotes pertenecientes a la iglesia católica, que incluía violaciones sexuales.
Sin embargo, las argumentaciones que hace sobre Fidel Castro me sorprendió
inicialmente y luego, advertí que se equivoca en su concepción sobre el proceso
histórico social.
Al decir en sus comentarios que “estaba sospechando que el comandante tenía
algún tipo de acuerdo con el diablo, y que tranquilamente traspasaba el siglo
de vida”, lo va mostrando de alguna forma. Evidentemente quienes han
querido sostener ciertas afirmaciones con ese tipo de palabras, muestran que la
posición o crítica no tiene fundamento. Son juegos de palabras sin sentido. Es
fácil usar esa forma de expresiones. No hay nada der sustento. Aquí, Pedro
Salinas no expresa nada concreto.
Creo que también es una
exageración decir que lo consideraban como un “semidios”. Usar esa forma de
verbo, realmente desprestigia la pluma. Todo cambia. También decir que Fidel
Castro “era tan dictador como Bordaberry
de Uruguay, o como Videla en Argentina, o como Somoza de Nicaragua, o como
Franco de España, o como Pinochet de Chile, o como Batista de Cuba”, es no
tener una visión en el campo del desarrollo social e histórico. Es muy parecido
al párrafo anterior, donde solo son expresiones. Además, nombrar a esa gente es
ya de por sí mala energía y mala vibra, como dicen.
No dudo que en todo régimen hay
decisiones que pueden ser criticadas en algún momento histórico, aunque es
importante considerar si las decisiones políticas e ideológicas, simplemente
son y se derivan de todo un proceso económico social, que en algún momento son
quienes determinan todo los procedimientos de la superestructura social. Hay
que ser perceptible con esa forma de abstracción.
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