(Parte de la plaza del pueblo de Langui,
en el Cuzco, Perú)
Cada cierto tiempo se menciona y
se promueve reuniones bajo el nombre de Acuerdo Nacional. Todo eso empezó en el
gobierno de A. Toledo. El 22 de julio de 2002 se suscribe ese acuerdo con la
expresa voluntad de efectivizar algunas políticas coyunturales. El país
iniciaba una nueva centuria después de toda la problemática del anterior
gobierno de Fujimori, que incluía la corrupción, principalmente el terrorismo,
donde muchos peruanos entre ellos niños, perdieron la vida por las acciones de
sendero luminoso y del ejército peruano. Historia que aunque ya conocemos,
hasta ahora y este año 2016, se siguen encontrando los cuerpos de mucha gente
campesina inocente y ejecutada de las zonas de Ayacucho y otros lugares.
Los partidos políticos, las organizaciones
sociales y las instituciones religiosas de ese momento, tenían la voluntad de
llevar a cabo una serie de acciones de política económica y social para
consolidar la democracia, consolidar nuestra identidad nacional y tener una
mejor visión de futuro. Todo ello incluía acciones en torno a la equidad y
justicia, competitividad, estado eficiente, transparencia, descentralización,
educación pública gratuita, desarrollo tecnológico, ética social, apoyo agrario…y
un listado más.
Es probable que haya sido un
derrotero del momento y que de alguna manera funcionó. Sin embargo, después
quisieron hacer lo mismo en otros gobierno y no ha funcionado realmente. Ha
sido todo un manejo de propaganda, donde nos hemos sentido engañados. Ahora,
después de casi 15 años, con la
presidencia de P. Kuczynski, después de algunas reuniones con políticos que
incluye a Fujimori, se intenta nuevamente ensayar algo que no funciona. Deben
inventar algo nuevo, por favor. Todo eso solamente nos demuestra que la cosa
pública no se está haciendo bien. Es solo algo pasajero, del momento y circunstancial.
¿Se pretende ganar tiempo? ¿De qué? ¿Con qué propósito? ¿Lo saben realmente?