viernes, 29 de julio de 2016

TIA MARIA: “NOT IN MY BACKYARD”














TIA MARIA: “NOT IN MY BACKYARD”

1ra. Edición, junio 2016
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: 2016 - 08255

Editado por:
Arturo Sotomayor Salas
Arequipa. Perú

Impreso en:
Arte y Color EIRL
Av. Alfonso Ugarte 500 F – Arequipa
Junio 2016

Fotografía: Arturo Sotomayor Salas


Para Carmen y Arturo


PROEMIO

La sociedad ha entrado en un proceso vertiginoso de cambios tecnológicos, donde quizá en ese camino, el ser  humano va olvidando que es un ser social, teniendo una tarea muy importante que Dios nos ha encomendado: cuidar y cultivar todo lo creado. ¿Estamos haciendo eso? ¿Compartimos con quienes necesitan? ¿Nuestras palabras y acciones reflejan ese amor?
Hay la necesidad de expresar y compartir siempre. Un artículo muchas veces tiende a reflejar lo que uno siente y lleva en el alma. Sean estos artículos reunidos en esta pequeña publicación la expresión de ese sentimiento.
Artículos publicados en el Diario El Pueblo, ciudad de Arequipa en el Perú, entre junio 2015 y enero 2016.

Invierno de 2016



Artículos:
·      TIA MARIA: “NOT IN MY BACKYARD”
·      La Motivación y la Desaceleración de la Economía
·      UNA HISTORIA DE AMOR
·      ¡SOY HIJO DE INMIGRANTES!
·      SOBRE MONJES Y SOLDADOS
·      EL DÓLAR SIGUE TENDENCIA ALCISTA
·      LA VIDA MISMA Y LA POLITICA CON TODOS SUS MATICES


TIA MARIA: “NOT IN MY BACKYARD”

Realmente no sabía qué título usar para escribir un artículo relacionado con el Valle de Tambo. Nos hemos visto asediados por una serie de comentarios periodísticos que incluyen títulos increíbles, como por ejemplo aquí algunos: “Tía maría”, “El funeral de tía maría”, “Algunos ganan, otros mueren”, “El gobierno no sabe que hacer con la tía”, “Muérete tú”, “Tía maría bailó la conga”, “Privatizando la represión”, “Tía maría y los malentendidos”, “La (des) confianza en tía maría”, “Tía maría y el gobierno lenteja”, “Suspender tía maría”, “Detrás de cámara de tía maría”, “Cómo se criminaliza la violencia”, “Yo te mato tú me matas”. Ni qué decir de los principales titulares y las fotografías. Algunas de impacto, reales, otras mal intencionadas y también como dicen, con doble sentido.
NOT IN MY BACKYARD, traducido al español casi literalmente significa: “no en mi jardín”. Se usa la sigla: NIMBY.  Generalmente se manifiesta en los Estados Unidos y en otras partes del mundo, cuando un grupo de ciudadanos o una comunidad se opone abiertamente a diversos proyectos privados o gubernamentales que los puede afectar directamente. Protestas que se dan relacionadas también con el ineficiente cuidado del medio ambiente y que tienen un efecto positivo en buscar una mejor solución e innovadora para una problemática. Se han presentado diversos casos en los Estados Unidos, Asia y en Europa, comprometiendo las decisiones políticas gubernamentales y al mantenimiento de la estabilidad democrática, cualquiera que sea la orientación ideológica que se tenga. Estos movimientos NIMBY también se han visto criticados, aunque de ser una preocupación local, se ha pasado a determinar cambios globales en el plano social, económico, político y tecnológico.
Se han tenido experiencias desde la centuria pasada y principalmente por los años setenta, donde los gobiernos de Alemania, Francia y Suiza, quisieron instalar zonas masivas industriales en una región conocida como Upper Rhine, así como instalar también plantas nucleares y refinerías de petróleo, considerando que sus procesos químicos podían contaminar el río de Basel hasta Frankfurt, naturalmente afectando la producción de viñedos y la actividad de los agricultores. La población se opuso y unido a los estudiantes universitarios y a los sacerdotes, hicieron campañas, movilizaciones y huelgas, para finalmente ir a los mismos lugares y parar la construcción. Inicialmente los consideraron como un grupo de manifestantes que pensaban en el pasado y decían NOT IN MY BACKYARD. Este grupo empezó el movimiento diciendo que todo esto era innecesario y con razón, por no usar la tecnología apropiada y ser destructivo para el medio ambiente y la sociedad. (Ver según la investigación “NIMBY is Beautiful” editado este año 2015 por Carol Hager y Mary Alice Haddad).
Volviendo a lo nuestro, del Valle de Tambo. Diferentes personalidades han participado con sus argumentaciones en los periódicos, mis colegas economistas, sociólogos, ingenieros y militares, entre otros. Realmente me quedé impresionado, cuando un colega hacía referencia al proyecto Tía maría y decía que: “…viene con la yapa del yacimiento denominado La Tapada”. Sonaba sarcástico. Agregando luego que los pobladores tenían: “…la consigna de impedir el crecimiento del país y posteriormente tomar el poder”. Esa afirmación me pareció más increíble todavía. ¿Dónde estamos? ¿Se está escribiendo en serio? Me preguntaba.
De igual manera, en algunas entrevistas que coincidentemente aparecían publicadas en el momento de los intentos de diálogo, aparecían respuestas como: “cualquier inversión es bienvenida, venga de dónde venga”. Solo esa forma de responder me inquietaba sobremanera, porque como país, tenemos el derecho de ser de alguna forma selectivos. No es posible, abrir las fronteras a todo y de dónde sea. Además, las inversiones no necesariamente traen calidad de vida. Unido a lo anterior, contestaban también, que los estudios de impacto ambiental “habían pasado por todos los estándares internacionales” Naturalmente, no estaban diciendo la verdad como ya sabemos. Entonces, observé que obviamente cada uno tenía su forma de plantear las cosas, y también asumían una posición social. No faltaron otros, que exagerando y haciendo uso de la información estadística del Banco Central, sostenían que el porcentaje del sector minero en el producto bruto interno peruano era el mayor.
Mucho más me inquietó cuando el sábado pasado 23 de mayo, apareció un artículo en el Comercio sobre el problema de Tía María, firmado por un colega economista y autoridad rectoral universitaria. En el tercer párrafo del artículo, página 6, dice: “En el caso específico de Tía María…para mediados del 2013, la Oficina de Servicio de Proyectos de las Naciones Unidas – UNOPS – indicó que tales observaciones habían sido subsanadas” Estuve impresionado, porque nada de eso es verdad. ¿Cómo se puede equivocar una autoridad rectoral? ¿Un error? Lo cierto es: En el año 2011, 15 de marzo, la UNOPS hace 138 observaciones al primer estudio de impacto ambiental (EIA) del proyecto Tía María. Para noviembre del 2013, la empresa Southern presenta otro estudio explicando de buena forma como mejorar las observaciones. Aunque hay varios cuestionamientos, es en agosto del 2014, donde el gobierno peruano considera que el nuevo documento subsana todas las observaciones. Pude ver los documentos en la página web del ministerio de energía y minas,  y a todas las observaciones  se dice: superado. Nada más. Con razón le resta confiabilidad, seriedad y profesionalismo.

 La Motivación y la Desaceleración de la Economía

La motivación va unida a una fuerza interna, inherente a nosotros. Es la energía viva, como fuego, que direcciona nuestras emociones y comportamientos. Cuando emprendemos alguna empresa nos sentimos motivados, estamos dispuestos a ser creativos y apasionados. Tenemos la sensación de ser competitivos, de actuar con libertad, de mantener una paz armónica, sentir amor y ser productivos.
¡VOY A COMPRAR ESTE PRODUCTO!  
Hace unos días, estuve interesado en buscar un producto electrónico para escuchar la música que me apasiona. Como Arequipa va cambiando vertiginosamente en el aspecto comercial, visité algunas tiendas en los edificios modernos que nos rodean. Buscaba algo no muy grande que pudiera satisfacer ese deseo y no sea muy costoso. Hasta que encontré lo que quería en una tienda de la primera cuadra de la calle Mercaderes.
Lo primero que me llamó la atención al observar las vidrieras donde el producto se mostraba, era que no tenía un precio visible como si lo tenían otros. Un poco emocionado, pregunté a una persona cercana que parecía trabajar en la tienda y no supo que contestarme. Me dijo con una expresión meditabunda que costaba unos doscientos nuevos soles aproximadamente, pero no estaba muy seguro. Frente a esa respuesta me quedé algo sorprendido, retirándome de inmediato mientras agradecía la deferencia.
Después de dos días volví nuevamente. Busqué con mayor interés a una señorita vendedora para que me informe sobre los precios. Me atendió con una venia aparente y una ligera sonrisa, yendo hacia una computadora para averiguar los precios. Yo esperaba atento y dispuesto. Luego, al volver me dio los precios de varias alternativas y le dije señalando el que yo quería: ¡Voy a comprar este producto!
Buscó la llave para abrir la vidriera y pensé que probablemente era el único que estaban vendiendo. ¿No hay más en el almacén? Pregunté. No hubo respuesta alguna. Un silencio invadió el ambiente mientras hacía intentos con otra persona para enchufarlo. Comprendí que querían probarlo. Usaron un USB para ello y me indicaron que no tenían un CD para escuchar en ese momento. Notaba que no estaban dispuestos para aceptar mi pedido y no hicieron nada para satisfacer la demanda potencial. Increíblemente tuve que irme de nuevo, con las manos vacías.
¿Cómo cambio la tendencia de la desaceleración?
Un claro ejemplo de lo que está sucediendo en el entorno empresarial. El comportamiento del mercado va presentando ciertos matices. Ya no estamos en una situación en que todos los productos se vendían. Es importante mirar los departamentos vinculados a la comercialización y las ventas.
    ¿Cómo genero un ambiente para que los vendedores se motiven a sí mismos? No basta alguna motivación externa como aumento de salarios, bonos por navidad o algún reconocimiento. Cómo empresarios o gerentes, necesitamos tener una mejor comunicación con nuestros colaboradores o empleados. Dejar que ellos mantengan ese fuego de motivación intrínseca para tener mejor productividad. Sean más autónomos y creativos con un mejor servicio al cliente. Finalmente, que quieran hacerlo con mucha trascendencia.
A este mes de julio, el Producto Bruto Interno nacional sigue creciendo por debajo de su potencial real. Arequipa no es ajena a este comportamiento tendencial. Esta situación se puede sustentar si tomamos información estadística del INEI. La Demanda Interna para el 2013, tuvo una variación porcentual de 6.9 por ciento con respecto al año anterior. Para el 2014, su variabilidad mostró una tasa de 2.2 por ciento. Las estimaciones para el presente año 2015 considerando un escenario de alguna manera optimista, nos proyecta una tasa entre 1.8 a 2.0 por ciento para la demanda interna. El aumento en la productividad, puede generar efectos multiplicadores dinámicos en el comportamiento del empleo como en las inversiones. Esa es la tarea.


UNA HISTORIA DE AMOR

Después de unos días de espera, llegó a uno de los cines de la ciudad de Arequipa el largometraje documental: “Hija de la Laguna – Daughter of the Lake”. Aparte de un problema social y económico que conocemos, donde la señora Máxima Acuña defiende su derecho a la vida y muy cerca de la Laguna Azul, en Cajamarca, hay un entorno muy especial en todo esto.
El amor es una pasión, a veces comprendido como algo abstracto, sin embargo, nos entregamos y sentimos calor, entusiasmo, vehemencia.
La historia es verídica y va girando en torno a la naturaleza, que es la vida del hombre y de los animales, así como la paz de su gente y su fe. La vida en el campo como se observa en el documental, va unida a un aspecto religioso importante, expresándose en el culto al Señor y también en su actividad productiva. Todo es un proceso concatenado y transparente, que se refleja en los ojos de agua de la Laguna Azul de Cajamarca.
Los personajes reales expresan y sienten un profundo amor por la madre tierra, por la madre agua. Hay un significado y respuesta natural. Toda manifestación de la naturaleza los envuelve, les da vida, llegando hasta las lágrimas de amor por todo lo que les provee las entrañas de la tierra. Desde el otro extremo, la empresa minera Yanacocha con su proyecto amenaza con destruir la Laguna Azul. Dicen que hay un yacimiento de oro debajo de la laguna. Se posesiona desde su perspectiva de utilidad que les puede dar el oro. Quiere imponerse con todo su poder económico sobre toda la sociedad, sobre una mujer campesina y su casa, su tierra, sus animales y su familia.
Se advierte también la comparación que se hace con otras minas en Oruro, Bolivia, donde las zonas agrícolas han sido afectadas. Hay pobreza y el agua casi ha desaparecido. Aumenta la trata de blancas como el incremento de la prostitución, el sexo y la bebida.
Queda claro los abusos y excesos que se quieren cometer en nombre de la inversión, con la presencia de grupos de la policía nacional, se supone contratados por la minera. Es impresionante el apoyo nacional que reciben todos aquellos que defienden el agua y la tierra. Se observan las concurridas manifestaciones de solidaridad en la capital de la república, ciudad de Lima,  como en muchos lugares del país, al son de los tambores, con esa convicción de defender la naturaleza y la vida en el campo. Las pancartas que se levantan sobre los hombros de la gente obrera, profesional y estudiantes, con slogans como: “el agua es del pueblo y no de la mina”. No faltan algunas bambalinas también que califican a nuestras autoridades y al presidente de traidores.
Por último, oro se expone públicamente en desfiles de modas en Holanda como en otras partes del mundo. Las finas joyas cuelgan de los cuellos y están impregnadas de sangre, metafóricamente.
Desde la creación del mundo, la humanidad es social. Hombres y mujeres, participamos en una tarea muy importante que Dios nos ha encomendado: cuidar y cultivar todo lo creado. Tenemos entonces, la esencia de un don especial, sublime  y maravilloso.
Termino con las últimas palabras del documental: “Dedicado a los peruanos que han perdido la vida por defender el agua y la tierra”.

 ¡SOY HIJO DE INMIGRANTES!

Ver la imagen del niño Aylan Kurdi, un infante sirio de tres años ahogado en una playa de Turquía, realmente impresiona y conmueve. Conjuntamente con él, fallecieron su hermano Galip de cinco años y su madre Rehan.
Turquía es una de las rutas de los inmigrantes hacia Europa. Miles huyen vacilantes y  perplejos de la guerra, yendo al encuentro incesante por un futuro. Pasando hambre, carencias y frío se arriesgan a decir: “En Siria muchos mueren, allá no somos gente”.
Sin embargo, la realidad es brutal y nadie les da la bienvenida. Así y todo, buscan conseguir papeles para proseguir su viaje hacia algún país Europeo, como Grecia, Bulgaria, Alemania, entre otros.
Es más impresionante e inverosímil todavía, observar en las redes sociales como una reportera húngara de una cadena privada de televisión, toma una actitud agresiva e injusta frente a los refugiados sirios. Pateando a diversas personas malamente con la intención de causarles daño y poniendo zancadillas a un hombre que tropieza y cae, mientras llevaba un niño en sus brazos.
Se escucha por internet a otro sirio manifestar: “Me habían dicho que los europeos tenían corazón, y ahora que los veo aquí, no lo tienen”.
¡SOY HIJO DE INMIGRANTES!, fue la expresión muy clara del Papa Francisco, en su visita a Cuba y los Estados Unidos en los últimos días. Sus palabras aludían a una situación social donde millones son excluidos y miles de refugiados “huyen de la muerte, buscando vivir”. Su padre también tuvo que huir del fascismo italiano hacia Sudamérica. 
Desde la segunda guerra mundial no se había visto algo parecido. Después de la guerra, miles salieron de Europa. Muchos escaparon con vida, por haber peleado a favor y defendido las políticas fascistas, buscando refugio en América Latina como en otras partes del mundo. A pesar de su pasado, los alemanes por ejemplo ya olvidaron que todos fueron bien recibidos. Y ahora les dan la espalda a los sirios. Es increíble.
En el Mar Mediterráneo, según información de la red, son más de dos mil muertos hasta ahora en este año 2015 por causas de naufragios. No es posible que buscar un lugar seguro para vivir, tenga que tener tantas víctimas inocentes. La muerte del niño Aylan Kurdi y su familia en una zona que no es de guerra, nos muestra como nos estamos deshumanizando. Seguro que los gobiernos implicados en esta situación tienen mucha responsabilidad, por priorizar sus intereses económicos y políticos por encima de la vida misma. Eso es cruel y despiadado.
La defensa de la vida es fundamental. Estamos obligados a contribuir en esa perspectiva y no ser indiferentes. Sea el niño sirio un ángel, que siembre en cada uno de nuestros corazones y en el alma el amor a la vida.

SOBRE MONJES Y SOLDADOS

Hace unos días, apareció un libro muy revelador que involucra a todos quienes tratamos de llenarnos del espíritu santo. Pedro Salinas, periodista y escritor es el autor de: “Mitad Monjes Mitad Soldados”.
Sinceramente conmovedor. Son treinta testimonios en su mayoría  exintegrantes del Sodalicio de Vida Cristiana, organización relacionada a la Iglesia Católica. Cuentan sus experiencias de vida no tan gratas, influenciados por ciertos maltratos y contactos físicos extraños. Hasta en algunos casos, detallan como eran abusados sexualmente.
Desde los años setenta de la centuria pasada hasta nuestros días, según la investigación periodística, la organización diseñó un sistema de formación espiritual especialmente para jóvenes, avivando la creencia religiosa para alcanzar la perfección.
Muchos de ellos se entregaron al llamado de la fe, mostrándose entusiastas y dispuestos a ser discípulos y cambiar al mundo. Aunque en el proceso, varios advirtieron que la organización se convertía en elitista con jóvenes de clase media, alta y de buenas familias, viéndose también vulnerables a las bajezas.
Para dar mayor sustento a la investigación, el autor quien ha tenido la colaboración de Paola Ugaz, guarda grabaciones de las personas que dan testimonio de su paso por la organización religiosa, desentrañando toda una historia que enajenaba a sus integrantes, haciéndoles disminuir la razón y los sentidos. Llegando como alguno dice: “a la locura comunitaria”.
Muchos al recordar esos momentos traen dolor y tristeza a sus vidas. Hay lágrimas de pena y de rabia por todo lo vivido, aunque finalmente, sienten algo de liberación.
    Dentro de muchas organizaciones se han manifestado ciertas cosas extrañas. Lo hemos podido escuchar en el transcurso del tiempo, naturalmente sin justificar lo anterior.  A veces, se han hecho públicas denuncias y hemos esperado el castigo o juicio pertinente.
     Hasta los gobiernos han caído en despilfarros, mentiras y corrupción. Lo seguimos viendo hasta ahora. Quizá, quienes han ocupado cierta posición de poder han aprovechado y tomado ventaja, sobre quienes necesitaban y creían.
Es importante destacar que a pesar de todo lo descrito, el llamado de la iglesia a tener una conducta moral desde siempre ha influenciado nuestras vidas. Obviamente hay ejemplos rescatables. Eso nos permite seguir aprendiendo reglas de convivencia humana de acuerdo a nuestro contexto social e histórico. Es menester seguir ese proceso de aprendizaje.
   
 EL DÓLAR SIGUE TENDENCIA ALCISTA

 En los últimos días, la moneda norteamericana sigue una tendencia alcista. El mercado presiona sobre su precio. Según el Banco Central de Reserva, la cotización promedio de soles por dólar para el día 26 de noviembre 2015 fue de 3.38.
  Sin embargo, hay un tratamiento especulativo en el mercado paralelo y en las instituciones del mercado financiero. En el caso del mercado informal o paralelo en nuestra ciudad de Arequipa, la cotización del dólar para la compra estuvo alrededor de los 3.33 soles, mientras que para la venta llegó  hasta los 3.40 soles.
  Algo muy singular sucede con las instituciones del sistema financiero, que son las empresas debidamente autorizadas que operan en el proceso de intermediación, permitiendo la captación de fondos y la colocación de créditos. Por ejemplo, tomando información del mismo Banco Scotiabank, ellos tienen una cotización para la compra de 3.315 soles por dólar y para la venta se fija en 3.476 por dólar. Si uno quisiera comprar dólares por la confianza y seguridad, aún nos hacen una cotización preferencial que llega a 3.436. Aceptando ese precio, definitivamente hemos sobrepasado el precio del mercado paralelo.
  Así también sucede con el Banco de Crédito y la variación del tipo de cambio es mucho mayor. Para la compra cotizan a 3.305 soles por dólar, mientras que para la venta es de 3.495. También tienen una oferta preferencial dependiendo de la cantidad.
  En el caso de Interbank, es más increíble todavía. Ellos compran con una cotización de 3.15 soles por dólar, y fijan el precio de venta de dólares en 3.60.
  Finalmente, las financieras como Mi Banco y la Caja Municipal, tienen cotizaciones que fluctúan en el primer caso, de 3.325 para la compra y de 3.445 para la venta. En la Caja, compran en 3.345 y venden dólares a un precio de 3.423 soles.
   Frente a este comportamiento del sistema financiero, el Banco Central de Reserva está empeñado en tomar las medidas para atenuar esa tendencia de la volatilidad del tipo de cambio. Una primera acción es limitar que los bancos sigan con sus operaciones especulativas, aunque no se eliminará por completo, por encontrarnos inmersos en una economía de mercado de oferta y demanda.
  El Banco Central seguirá interviniendo en el mercado para evitar una mayor subida del dólar. Tenemos un régimen cambiario flexible y la tendencia debe ser frenar las subidas especulativas, manteniendo la estabilidad que necesita la economía. Esa debe ser la responsabilidad.


LA VIDA MISMA Y LA POLITICA CON TODOS SUS MATICES

 En el frontis de la casa en donde vivo hay un árbol donde un pajarillo había hecho un nido. Observé cuidadosamente durante varios días como empezaba una nueva vida. Me sentía partícipe de la creación del mundo, al contemplar con alegría y alborozado el crecimiento de un pájaro muy bonito. Realmente llenaba la existencia y la vida en estos días de diciembre, mucho más de lo que uno puede imaginarse.
   Por alguna circunstancia que a veces escapa de tus manos, ayer vi muy impresionado, como el pajarito volaba quizá en uno de sus primeros intentos hasta detenerse en medio de la pista. Fue un instante. Advertí también de la presencia de un vehículo enorme desplazándose al parecer con cierta cautela. Quise hacer algo y no atiné a nada. Creo que murmuré mirando al conductor y haciendo alguna seña, algo así como: – ¡Cuidado con el pajarito!, observando en el acto como el pesado camión pasaba con sus llantas posteriores sobre la naciente vida.
   Fue pavoroso y brutal. Me sentí enmudecido por no haber alcanzado a reaccionar con prontitud. Sinceramente creo que esa imagen albergará en mi alma por mucho tiempo.
LA POLITICA CON TODOS SUS MATICES  
  A pesar de todo ello, podemos controlar muchas acciones. Sin embargo, nos hemos visto envueltos en increíbles decisiones que han tomado los candidatos para integrarse en determinadas planchas presidenciales. Nuestra región no es ajena a esas determinaciones.
   Lo primero que podemos destacar es la figuración personal. El objetivo es figurar. Aparecer públicamente sin importar nuestra esencia y conciencia social que asumimos y representamos.  Es por ello que ahora, podemos ver a candidatos que antes se forjaron en grupos progresistas y de izquierda, que se alinean muy fácilmente en organizaciones que antes jamás hubieran pertenecido. Lo mismo sucede con otros u otras, que sintiéndose los llamados a salvar a esta denominada democracia en que vivimos, pasan de una organización a otra sin ningún miramiento o vergüenza política.
    Dentro de las planchas presidenciales, algunas han causado ciertos comentarios. Una de ellas es la conformada por el Partido Aprista con García y el Partido Popular Cristiano con Flores. Sus intentos de tratar de explicar la intencionalidad coyuntural que han tenido no convencen. No tienen un programa económico definido para los próximos quinquenios. Mencionan simplemente sobre la economía social o la economía de mercado como la panacea que resolverá los problemas de crecimiento, sin comprender que tenemos un nuevo modelo de economía dinámica de mercado. No le augurio buenas expectativas. Aunque pueden pasar la valla electoral que están buscando finalmente como otros, como tener cierta representación congresal.
   La inclusión de Aráoz, una excandidata a la presidencia por el Partido Aprista en el grupo de Peruanos por el Kambio de Kuczynski nos muestra hasta donde se ha llegado con la política. Ya no hay esencia de principios ni menos un programa de gobierno. Aquí la propuesta y ofrecimiento de obras es solo coyuntural, del momento.
   Ni qué hablar de aquellos que dicen ser nacionalistas. La participación de Villarán en la plancha que finalmente es de Urresti, refleja que la política se toma como una broma. Juntos no representan nada programático. Pagarán su “derecho de piso” como muchos.
   Observar como la participación de Huároc en la plancha de Fujimori, es lo último que se puede esperar cuando se abandona los principios primigenios en que uno asume una posición social en defensa de las grandes mayorías. Esto es increíble.
   Finalmente, la plancha de Acuña también nos trae sorpresas. Anel, quien es candidata a la primera vicepresidencia ha sido muy afortunada, porque ha llegado tres veces al congreso candidateando con tres organizaciones diferentes. Definitivamente no hay principios ideológicos, quizá simplemente cierto arribismo político y un poco de suerte.
   Con todo esto y las diversas planchas presidenciales, creo que nos encontramos en una encrucijada política que no será fácil de resolver a corto plazo. Esperamos estar inspirados.

        



DALLAS, TESTIMONIO DE RACISMO Y DESIGUALDAD

DALLAS, TESTIMONIO DE RACISMO Y DESIGUALDAD
Por: Arturo Sotomayor Salas
Cuando conocí la ciudad de Dallas, realmente quedé impresionado por los grandes edificios y la modernidad expresada en el centro de la ciudad (Downtown), las grandes avenidas (Freeway) y el silencio.
Sin embargo, en todo ese esplendor de una ciudad próspera que se mostraba frente a mis ojos, observé a varios hombres de raza negra, acercándose sigilosamente a los basureros de algunas esquinas, para buscar en su interior desechos de comida hasta encontrar un trozo de sandwich y quizá papas fritas de las famosas tiendas McDonalds, llevárselos a la boca y tragar casi de inmediato para calmar el hambre.   
Advertí que la pobreza no se miraba fácilmente en la ciudad, encontrándose más bien como escondida en miles de casas en el sur de Dallas. La mayoría de gente y casi en su totalidad de raza negra, subsistía al paso de los días, meses y años. Cientos y miles de desempleados metidos en sus casas. Hombres y mujeres marginados en una larga espera de oportunidades frustradas. Aunque hay que manifestar también que muchas familias de alguna manera se sentían afortunadas, porque uno de sus miembros tenía un empleo y se había integrado a una sociedad donde todo parecía estar hecho para la gente rubia y de mucho dinero.
En el sur surgieron diferentes pequeñas empresas y negocios administrados por los mismos afroamericanos, teniendo como consumidores exclusivamente a los de raza negra. Hacia el norte, se había desplazado la gente blanca a lugares con mayores viviendas nuevas, desarrollándose también muchos centros comerciales, negocios y más tiendas, orientados principalmente al segmento de consumidores de raza blanca.
Hasta en las iglesias cristianas. Un domingo cualquiera miraba a todos los asistentes blancos con un cristo de la misma raza. Y en las iglesias de los afroamericanos, todos eran negros, hombres, mujeres y niños, teniendo frente a ellos solo una cruz de madera.
Me impresionó el silencio, porque en época de invierno hace tanto frío que nadie camina por las calles. La mayoría acostumbra a usar calefacción. En el verano, el calor es tan intenso que igualmente es casi imposible caminar. Si uno lo hace, siente deshidratarse. También en sus casas usan aire acondicionado. Aunque todo tiene un costo y hay que pagar.
Es natural que en el centro de Dallas se vea algo de gente por cuestiones turísticas, muchas oficinas y visitar el sitio exacto donde asesinaron a quien fue presidente de los Estados Unidos, John Kennedy. Así y todo, saliendo de la ciudad por las grandes avenidas, en muchos lugares  ya no hay veredas.
Muchas veces esperé el transporte público (DART) en un paradero específico en tiempo de invierno y a medio día, llevando dos polos, una chompa, abrigo, chalina, guantes, todavía así, sentía el frío que penetraba por todo mi cuerpo. Un bus llegaba a los treinta o cincuenta minutos, dependiendo del itinerario y de las distancias. A veces solo llegaba con una persona en el interior.  
Ese es el contexto de un problema social, racismo, desigualdad, abuso policial y uso libre de armas. Desde abril de 2015 se puede llevar armas en la calle. En los últimos días fueron abatidos por la policía dos afroamericanos en otros estados. Naturalmente la protesta no se dejó de esperar en otras ciudades y en Dallas, donde fallecieron por disparos cinco policías.

Según la Unión Americana de Libertades Civiles, organización de más de noventa años, este año (2016) han muerto 123 personas de raza negra por disparos de la policía norteamericana. Como advertimos, hay todo un problema social que involucra a muchos afroamericanos fallecidos en diferentes incidentes. Hay el comentario que el gobierno hasta ahora no ha podido realmente dar una solución  a esta problemática. Creo que el asunto es complejo y supone una mejor visión de todo el proceso histórico. ¿Cuándo será posible cambiar y aceptarnos mutuamente como somos?

miércoles, 27 de julio de 2016

¡VIVAN LOS ECONOMISTAS!

¡VIVAN LOS ECONOMISTAS!
Por: Arturo Sotomayor Salas

Cuando asistí a un curso del Banco Central de Reserva en la ciudad de Lima, se mencionaba de la importancia de los resultados cuánticos de las diferentes variables macroeconómicas, sin embargo, cada noche dormían en los alrededores del Mercado Central, más de una docena de personas, cubriéndose con cartones, plásticos y frazadas muy usadas.
Inicialmente me quedé impresionado, porque no pensé encontrar cada mañana y muy temprano mientras transitaba por esos lugares, a gente que estaba de alguna manera en una situación de pobreza, sin contar naturalmente a niños y de los cientos de personas que viven en esas condiciones en diferentes partes de la ciudad.
Durante una exposición de un economista invitado a ese curso para tratar sobre las proyecciones de la economía, le hice saber de lo que había observado en las calles, a pocas cuadras del Banco Central y de la Casa de la Moneda.
Obviamente, su respuesta y argumentación se dirigió a los programas sociales y los resultados numéricos que habían conseguido, sin proponer o dar una salida a una problemática clara de cada día de nuestra formación social, de nuestra economía de mercado.   
Hace pocos días, se saludaba la presencia de profesionales tecnócratas vinculados al mundo empresarial y la incorporación de varios economistas en los diferentes ministerios del gobierno del presidente Pedro P. Kucsynski, entre ellos, el presidente del consejo de ministros y el ministro de economía.
Alguien preguntó: ¿Y quién se ocupará de los problemas sociales? ¿Quiénes son los que tomen una posición política? Hay tecnócratas que jamás han vivido carencias económicas y no conocen cómo sobrevive la población necesitada. En una frase y como dicen: “nunca se han ensuciado los zapatos”.

¿Tenemos los actores políticos que vinculen el régimen con el contexto social, con el papel del estado y las demandas de la población? Hay que asumir una posición social. Hacer política es asumir una conciencia social. Una dama norteamericana, quien vive en Arequipa y en el Perú algo más de siete años, me comentó que era necesario esperar por algunos resultados. Oportuno y pertinente. 

martes, 26 de julio de 2016

El niño que se convirtió en policía

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 El niño que se convirtió en policía

     Unos días después llegó el relevo del comando. Vino sobre un camión repleto de unas cincuenta personas, que se dirigían hacia una feria dominical en el pueblo de Layo. Al bajarse y tomar el maletín entre sus manos, lo primero que observó fue la iglesia y se paró en el centro de la plaza para contemplarla y hacer una oración. Luego, al mirar a su alrededor, divisó la imponente cumbre de la cordillera y la impresionante laguna junto al pueblo; aunque no era muy grande en comparación con otras lagunas, el paisaje se volvía especial y algo frío.
     Le habían asignado para quedarse por dos años, siendo su primera experiencia como policía, y hacía muy poco que había salido de la escuela. Estaba dispuesto a cumplir con su trabajo, ya que se había esforzado por conseguir otros empleos y ninguno resultó. De todas maneras, pensaba en la alegría que sintió su madre, al enterarse que había sido admitido en la guardia nacional. Recordó sus últimas palabras al momento de partir.
     – Cuídate hijito – dijo la madre.
     – Por supuesto, madre.
     – ¿Me escribirás?
     – Sí – dijo el muchacho –, te escribiré cada semana.
     – ¡Muy bien! – exclamó ella, mientras abrazaba a su hijo tiernamente, porque se había convertido en un hombre –, esperaré tus cartas.
     Ahora, estaba en un pueblo nuevo que sería parte de su vida. Tenía la esperanza de volver pronto por unos días para ver nuevamente a su madre y a su abuela que extrañaba; aunque estaba seguro que, de comportarse y cumplir bien sus funciones, podría solicitar en su primer cambio, volver a la ciudad.
     Parecía un pueblo solitario, y en medio de la plaza, distinguió a unas dos mujeres que vendían a esas horas de la mañana, mientras que, el camión donde había venido, proseguía su marcha al vaivén del movimiento del camino y la inercia de la gente que viajaba conjuntamente con su carga. Algunos perros huesudos, caminaban con las fauces pegadas a la tierra.
     Tomó el maletín entre sus manos y se dirigió hacia el puesto resuelto, para presentar los correspondientes documentos que le asignaban para ese lugar; aunque naturalmente también, le estaban esperando.
     Luego de las presentaciones del caso, pidió permiso para ir de inmediato a la iglesia y dar gracias a Dios por su familia  y por la asignación en ese lugar. Estuvo largos minutos en silencio y encontrándose consigo mismo, recordando en un instante todo lo bueno que había tenido desde muy niño, aunque sin lugar a dudas, sentía todavía el vacío por no conocer a su padre. Vino a su mente en el acto, cuando muchas veces siendo niño, corría por las calles al escuchar el grito ensordecedor de su madre. Aunque habían pasado algunos años, la memoria recordaba permanentemente las palabras, y nuevamente la voz:
     – ¡José León! ¡José León!
     Y volvía a correr como un loco, con los ojos abiertos y la saliva entre los labios, tratando de llegar lo antes posible hacia su casa, y soportar el jalonear de las manos de su madre sobre sus cabellos.

     José León se había convertido en policía.

El teniente

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 El teniente
  
     Al llegar al pueblo de Langui en medio de la cordillera, lo primero que se distinguía era la plaza principal con algunos contados árboles descuidados, la iglesia y el puesto policial. Sobre el dintel de la puerta del puesto, habían colocado el escudo nacional en una ceremonia de hacía muchos años, donde sólo habían participado algunos policías. Una bandera nacional flameaba sobre un asta astillada, exactamente frente a la puerta y a pocos metros, manteniendo sus colores opacos y deslucidos por el tiempo.
     Algunos pobladores recordaban que alguna vez y por mucho tiempo, el puesto policial había permanecido cerrado, y durante ese tiempo, habían visto llegar a una persona, con el propósito de cambiar los candados. Era un poco extraño y los pobladores lo habían advertido. De pronto, los candados brillaban de nuevos. El color preferido era el amarillo, hasta que poco a poco se cubría de polvo, volviéndose de un color opaco y herrumbroso.
     – ¡Es la laguna!
     Muchas personas habían mencionado sobre eso, y aunque no eran expertos, alguien argumentó con cierta curiosidad que era la brisa de la madrugada y que exactamente caía sobre la puerta. Desde ese día, procuraron pasar a lo lejos y solamente algunos se habían atrevido a mirar de soslayo.
     Un día, el escudo y la bandera nacional aparecieron en la parte posterior del puesto, por un canchón, y allí quedó por mucho tiempo. La persona que al comienzo había advertido del hallazgo casi corrió despavorida gritando que había una gran cantidad de sangre, porque el color era de un rojo muy intenso. Otros afirmaron que sólo era uno de los colores de la bandera y que también la brisa había contribuido en la intensidad del mismo. Algunas veces y desde muy lejos, una mujer entrada en años se detenía para mirar el sitio, en una contemplación extraña, tomándose todo el tiempo posible; hasta que, no faltó el murmullo que un día estuvo por horas, llevándose luego el escudo y la bandera.
     Así, de pronto todo cambió, porque los nuevos tiempos y las noticias que llegaban sobre el terrorismo habían influenciado para que un puñado de policías lleguen al pueblo y se acondicionen de nuevo y, exactamente a unos tres metros de la puerta principal, habían colocado más de una docena de sacos de arena.
     Parecía el inicio de una guerra, en donde los preparativos de la guardia no se dejaron esperar. Los pobladores pasaban y mantenían cierta distancia.
     Era muy usual ver el color negro de sus chompas al despertar al día de cada mañana, cubriéndoles todo el cuello, y siempre uno y desde muy temprano, hacía guardia detrás de los sacos de arena y a un costado del mástil de la bandera nacional. Naturalmente, con la ametralladora dispuesta entre sus brazos y con uno de los dedos sobre el gatillo.
     La actitud que empezaron a tomar el grupo de siete u ocho policías al mando del teniente Cadenas, demostraba cierto orgullo y petulancia. Aunque era cierto de sus bajos ingresos monetarios y el permanente reclamo de otros a nivel nacional, para conseguir mayor incremento remunerativo. Ellos mantenían una estructura de dirección y obediencia, lo que imposibilitaba salirse de inmediato o renunciar, además de que en el país se vivía el problema del desempleo.
     Había días muy relajados y hasta cierto punto, rutinarios, donde más de uno, se miraban unos a otros, reían, y se ponían a tomar algunas cervezas dentro del local o en la puerta principal. Brindaban por ellos, las mujeres, las putas y por el país. Reían a mandíbula abierta, cuando alguno recordaba a cierta mujer estúpida, concubina o esposa de algún oficial, que al final, había terminado acostándose con varios. Las carcajadas iban y venían, así como el vaso. El teniente Cadenas reía más, hasta cogerse con las manos a la altura del abdomen e inclinar el cuerpo hacia delante.
     La alegría aumentaba y el brillar de los ojos también, cuando llegaba la esposa o la enamorada de algún policía y convivía en el mismo puesto policial durante muchos días.
     Cuando se juntaban dos o tres mujeres, parecía una casa singular dispuesta para varias familias, donde vivían y compartían hasta en la forma de permanecer detrás de los sacos de arena. Trataban de estar bien peinadas, así y todo el transcurso de los días, el polvo, las incomodidades y la brisa de la laguna, las convertía poco a poco en mujeres descuidadas, hasta tal punto que optaban por retirarse nuevamente.
     Dentro de la organización policial, algunas veces se producían cambios rotativos del personal y, obviamente, primaba un cronograma específico dispuesto inicialmente desde la capital. Así, cuando alguno de los comandos se enteraba de su cambio, sentía una alegría inusual.
     – Mi teniente – dijo el comando –, volveré a la ciudad.
     – Felicitaciones, te lo merecías.
     – Gracias mi teniente – contestó el comando –, pero no vaya a pensar que el pueblo no me gusta, sólo son las incomodidades que sufrimos.
     – Por supuesto – respondió el teniente Cadenas haciendo una mueca –, a mí me vas a decir, yo que he estado por muchos lugares.
     Tenían que llegar las cervezas para brindar por la despedida, y el mismo comando las compraba en la tienda del pueblo, introduciéndolas en una bolsa de plástica negra. Aunque verdaderamente no servía la bolsa, porque después continuaban libando en la misma puerta, mientras uno de ellos, intentaba seguir de pie junto a los sacos de arena con la ametralladora entre sus brazos y con los ojos rojizos por la bebida.
     – Aunque mi teniente – dijo el comando con signos de borrachera –, me hubiera gustado tirármela a la María.
     – ¡No digas eso carajo! – respondió el teniente Cadenas.
     – ¡Claro pues mi teniente! – afirmó el comando, casi gritando y en voz baja –, esa chola es muy buena y se maneja las mejores piernas del pueblo.
     – ¡Carajo! – gritó el teniente meditabundo –, olvida eso, a veces hay que…
     No terminó la expresión y hasta creyó que lo dijo sin pensar. Miró hacia el vacío y recordó la oportunidad en que se impuso a María por la fuerza estando en su casa a solas y logró violarla. El pueblo no había conseguido perdonarle, a pesar de algunas explicaciones de un posible enamoramiento. Nunca reconoció su culpa y como una salida hábil, había logrado su cambio hacia otro lugar y consiguió alejarse por un tiempo; hasta que, años después, la presencia del terrorismo, su experiencia por esos lugares, le hicieron volver, aunque no lo hubiera deseado realmente.
     – ¡Oh, claro mi teniente! – respondió el comando, mientras trastabillaba entre sus propios pies e intentaba sostenerse en otro compañero.
     – ¡Cuidado! – advirtió el teniente –, puedes caerte en cualquier momento.
     Volvió a mirar hacia el vacío y se volvió a dibujar sobre su rostro una mueca a manera de risa. Una vez más estaban frente a la puerta del puesto, mostrándose con toda naturalidad y sintiéndose importantes. El teniente Cadenas, como siempre, lo había hecho en alguna situación parecida. Trató de ponerse en posición de firmes, aunque con poco disimulo. Volvió su rostro hacia la laguna y abrió sus labios mucho más por la parte del canino derecho, para mostrar la brillantez de uno de sus dientes de oro. Algunas veces y casi por coincidencia, el sol se reflejaba exactamente como si fuera un espejo. Volvió a mostrar sus dientes y más de uno sonrió.
     – No es para tanto mi teniente – contestó el comando mirándole con otra mueca sobre el rostro, mientras sostenía el vaso entre sus manos y perdía el control del equilibrio –, es la emoción, nada más que la emoción, ¡Salud! mi teniente.
     Algunos lugareños les miraban a lo lejos, e incluso la madre de María se sentía incómoda en su pequeña tienda, al recordar los acontecimientos de hacía algunos años, cuando ella había viajado llevando azúcar a una feria ganadera. Ella miraba y trataba de calmarse, cuando algún agente policial volvía a comprar más botellas de cerveza. Otros preferían quedarse en sus casas y ser indiferentes a las escenas callejeras, porque nadie sabía lo que podía acontecer después.
     – ¡Salud! – volvió a decir el comando.
     – ¡Salud! – respondió el teniente y al unísono los otros.
     La tarde caía y el crepúsculo se apreciaba con la aparición paulatina de una tímida luna, intentando brillar a lo lejos. Así, los ánimos se encendieron y como si se hubieran puesto de acuerdo, entre palabras entrecortadas y murmullos, el teniente ayudaba a sostener al comando, mientras lo conducía hacia la tienda en busca de María, solo para despedirse.
     Y entre más risas, palabrotas, jaloneos y trastabilladas, lograron llegar a la tienda, mostrando la mejor sonrisa con olor a trago y tabaco.
     – ¡Vámonos carajo! – afirmó el teniente malhumorado y casi en posición de firmes, dándose cuenta de su error, mientras mostraba la abertura de sus labios por uno de sus caninos.
     – Un momento nada más – insistió el comando en voz baja, mientras arrastraba las palabras que parecían entremezclarse con la saliva blanquecina que caía por una de sus comisuras. De modo que, y casi perdiendo el control sobre sí mismo, se encontró con la madre de María, quien intentaba cerrar la puerta e impedirles el paso.
     – ¡Vámonos carajo! – volvió a gritar el teniente, entre tanto el comando perdía el equilibrio y caía sentado hacia atrás, para luego caer sobre el piso, recostándose sobre una mejilla.
     – ¡Puta Madre! – gritó el comando.
     – ¡Cuidado!
     A duras penas le ayudaron a ponerse de pie y con la ayuda de otro. Refunfuñando, gritando, limpiándose la saliva y la tierra de las mejillas, volvieron hacia el puesto policial para recostarse sobre un catre de fierro oxidado y de muchas noches cotidianas.
     Una hora después de lo acontecido, la oscuridad era total en el pueblo y una tienda permanecía abierta en la plaza, alumbrada por la tenue luz de una vela. Luego, llegaron dos hombres apuestos en sus caballos y después de pagar por una botella de aguardiente, uno de ellos se dispuso a tocar sobre una guitarra, empezando a cantar los mejores huaynos  y entonar las mejores letras de amor, al compás del sonido de las cuerdas.

                              
Quedan pocos minutos para retirarnos
Adiós mamita, ya, ya me voy
Adiós papito, ya, ya me voy.

Con este borracho ladrón de amor.

Héctor, el niño apacible


35
 Héctor, el niño apacible

    La edad de Héctor lo mostraba apacible. Los trece o catorce años que representaba lo tornaba en un niño todavía, porque en los pueblos del campo, muchas veces la gente conserva el espíritu de siempre, inmutable al tiempo.
     Vivía en Ayaviri, el mismo pueblo donde había nacido, y acompañaba a su madre todo el tiempo, porque era el sentir y la esencia de su vida. Sus hermanos también llenaban su espacio y no había lugar para más.
     Isabelita se sentía orgullosa de tener un hijo tierno y sano. Algunas veces, mientras acompañaba a su madre en la plaza del pueblo, le gustaba ir hacia la puerta de la iglesia y desde allí contemplaba a su madre tiernamente y también el horizonte. Miraba con un aire de contemplación por encima del tejado de las casas, y veía el sol deslizarse como un suave movimiento sobre las aguas de un naciente río. No obstante, algo en la mirada de Héctor reflejaba cierta incertidumbre. A su edad, había empezado a pensar en los destinos de su familia. No podía expresarlo en forma espontánea, porque no encontraba las palabras adecuadas, pero el alma le anunciaba algo sobre sus percepciones naturales.
     Su padre dejó de venir por mucho tiempo y no recordaba el día en que le había visto por última vez. A veces, el tiempo daba la impresión de ser solamente un año y, otras veces, parecía una eternidad.
     Trataba de comprender el momento que estaba atravesando, junto a su madre y hermanos, obligándoles a trasladarse de un lugar a otro, en una búsqueda incansable de un lugar para vivir.
     Al mirar hacia el horizonte, había empezado a experimentar una sensación de extrañeza, porque comprendía que, poco a poco el destino era diferente. Ahora y con calma, el mundo se abría a sus ojos y a la mente también. Había lo desconocido aún presente, como gotas de rocío permanentes en un amanecer.
     Un impulso intrínseco lo trataba de mover, aunque la esencia de su interior lo mantenía contemplativo, con los pensamientos encadenados uno al otro, aunque, cada eslabón parecía muy diferenciado.
     Así, cada mañana y antes del amanecer, veía a su madre preparar la comida para la venta, pelando con el pulgar de la mano derecha las incontables papas y el chuño, de tal manera que el tiempo y la vida habían dibujado como un canal negro debajo de la uña, penetrando disimuladamente hasta la profundidad de la piel.
     Desde la escuela, también miraba el horizonte y a veces sus pies, viéndose descalzo a pesar de su edad, al igual que su madre y hermanos. Se habían acostumbrado a pisar la tierra seca y húmeda a causa de la lluvia. Un buen día, se sintió muy afortunado, porque su madre le había regalado unos zapatos usados y más grandes.

     Una tarde, alguien conocido de su madre se interesó por él, para llevárselo hacia otros destinos y enseñarle cosas nuevas; sin embargo, dicen que el destino está escrito y no fue posible. Pero, estaba su madre y la sentía más orgullosa cada día, por el hijo precioso que había traído al mundo, en medio del campo, la cordillera, las llamas y el ganado.